Hay veces en los que es difícil contar. Por una serie de factores que, casi siempre tienen que ver con el espacio, entorno, etc.. Esta ha sido una de las más difíciles.
En medio de una calle, con el equipo de sonido detrás, encima de cuatro meses que eran "el escenario" para el equipo. Mientras yo contaba, montaban algo allí, un señor de espaldas al público, justo detrás de mí y otro arriba, sobre las mesas. Claro, uno de los niños saludó. Y el señor, se dió la vuelta y respondió: hola fulanito!!
Eso no es todo. Los peques iban y venían al bar a por helados. Pero lo mejor fue el santo. De repente dos tracas. Y al final de la clle, delante de mí..el santo. San Isidro de romería por el pueblo. Al rato, más tracas, y, esta vez, el santo, pasando por la otra esquina, justo detrás de mí, continuando con la romería.
A pesar de todo..conté. ¿Quien hace callar a un narrador?
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